En contra de muchas de las opiniones que se leen y escuchan últimamente en los medios de comunicación, la repercusión electoral de la sentencia del Estatut será mínima. Los datos facilitados por el último barómetro de primavera del Centre d´Estudis d´Opinió realizado entre el 15 y el 30 de abril -momento en que el Estatut ya figuraba en los titulares de los periódicos debido al primer intento fallido de sentencia-, no dejan dudas al respecto. La encuesta -basada en nada menos que 2.000 entrevistas- sostenía que sólo el 3,2% de los catalanes cree que el nuevo Estatut es el principal problema de su comunidad autónoma, porcentaje que se encuentra a una distancia sideral del 51,2% que se inclina por el paro y a buen trecho del 13% y 8,6% que señalan la crisis económica y la desafección hacia la política como los principales problemas catalanes.
Según el mismo barómetro, a los que más les preocupa este asunto es a los votantes de Esquerra y los de Ciutadans. Un 10% de los votantes republicanos y un 9% del electorado de Ciutadans sitúan al Estatut como su principal problema. Por el contrario, sólo un 3,5% de los que introdujeron la papeleta de CiU en las pasadas elecciones catalanas creen que éste es el principal problema que tiene Cataluña.
En ese sentido, Esquerra podría recoger a lo sumo algo del 3,5% de los votos del electorado convergente (es decir, 28.000 votos, como mucho) que se ha sentido decepcionado por que la sentencia no otorgue validez jurídica al término “nación” o por que no reconozca al catalán como lengua preferente en la educación ni en la administración catalana. Sin embargo, no es probable que esto suceda ya que la participación convergente en la manifestación del 11 de julio paliará en buena medida los efectos adversos que les pueda ocasionar el fallo judicial a los dos partidos centrales de la política catalana.
UPyD, por su parte, podría repuntar al alza en las encuestas recogiendo el voto descontento del electorado de Ciutadans (el 10% de sus votos, es decir, 9.000 votos) por una sentencia que legitima el término “nación” en el Preámbulo (aunque, como hemos dicho, no le da eficacia jurídica), los símbolos nacionales y que el catalán sea la lengua de uso normal en la enseñanza. En este caso y a diferencia de lo que ocurre en el caso de los convergentes, el acatamiento de Ciutadans de la sentencia podría hacerles perder su voto más anti-nacionalista, que iría a engrosar el saco de votos del partido de Rosa Díez, siempre que UPyD hiciese electoralismo de este asunto, cosa que, de momento, no está haciendo.
Por cierto, un nuevo elemento de interés aparece en la escena política catalana. Tal y como se mencionó hace meses en este blog, Laporta anunciará mañana su salto a la política de la mano de una formación de nuevo cuño llamada Democracia Catalana. Mañana lo comentaremos.