viernes, 27 de agosto de 2010

Ya tenemos fecha para las elecciones

Serán el 24 de octubre. Al menos, eso asegura hoy El Confidencial en rigurosa exclusiva citando fuentes del PSC. Se trata de un medio que suele contar con fuentes fiables.

"n" de Nebrera




La aparición de nuevos partidos políticos amplía el abanico de opciones electorales, lo cual es siempre positivo para la democracia. Sin embargo, todo líder político debe analizar las perspectivas con las que cuenta antes de lanzarse a la arena electoral. Desconozco los sondeos internos de los que dispone Montserrat Nebrera pero, de momento, ninguna de las encuestas publicadas hasta la fecha la conceden escaños. A pesar de ello, la ex dirigente del PP catalán presentará hoy oficialmente el logotipo de su partido, distribuido ayer a la prensa. No obstante, Nebrera no las debe tener todas consigo ya que fuentes cercanas a su candidatua aseguran, según informa La Vanguardia, que la presentación de su lista a las próximas elecciones catalanas aún no es segura.


Pero volvamos al logotipo. De construcción sencilla y fácilmente memorable, muestra una “n” -en clara referencia a la ex diputada del PP catalán- minúscula amarilla sobre fondo azul turquesa y con franjas rojas en una de sus patas representando la bandera catalana. Expertos en branding harían un análisis mucho mejor que el mío pero parece obvio que nos encontramos ante un logo muy personalista, muy acorde con las características del partido al que representa. Es decir, potencia perfectamente el atributo más positivo de Alternativa d´Govern, que es el liderazgo de Montserrat Nebrera.

En definitiva, la "n" de Nebrera -sin ser una obra maestra del branding- cumple los principales requisitos que debe tener un logotipo: simple, memorable y que represente los valores de la organización. Buena nota para la agencia de comunicación que se lo ha diseñado.

miércoles, 25 de agosto de 2010

El canvi real del PSC: su nueva campaña publicitaria



Hemos comentado varias veces que los socialistas catalanes deberían reorientar su estrategia electoral hacia la venta de sus políticas sociales en vez de sus políticas identitarias (en las que por mucho que lo intenten nunca podrá ser mejor que CiU o Esquerra, ya que estos partidos sí son genuinamente nacionalistas). Buena parte de la desafección de los catalanes hacia la política así como de los abultados índices de abstención que las encuestas prevén para las próximas elecciones se explica por esa reiterada preocupación de los partidos por temas identitarios -comprensible en los partidos nacionalistas- en detrimento de los problemas reales de los ciudadanos. Pues bien, curiosamente, ese cambio real que muchos votantes demandan en las encuestas al PSC se ha producido en forma de una campaña publicitaria titulada “El canvi real”, en la que, a través de 500 vallas, carteles y publicidad en autobuses, los socialistas catalanes contraponen el cambio que propone CiU con el cambio real que han supuesto las políticas sociales del tripartito para Cataluña entre los años 2003 y 2010.
Dentro del ambiente de pesimismo y división interna que cunde en el PSC, nos encontramos ante una noticia positiva para este partido, puesto que se trata de una campaña de tono informativo y comparativo que vende de forma eficiente y sencilla los logros sociales de 7 años de políticas de izquierdas lideradas por los socialistas frente a los 23 años de políticas de CiU.

Sin embargo, la campaña publicitaria del PSC presenta claroscuros. De todas sus piezas publicitarias, la mejor realizada es la de la financiación que muestra dos monederos: uno más grande con billetes -que pretende representar el dinero conseguido por Montilla para Cataluña en la negociación de la financiación- y otro más pequeño con monedas -que muestra lo conseguido por CiU. Sin embargo, algunas piezas son manifiestamente mejorables como la de las hipotecas (en las que el número de llaves de CiU es prácticamente igual al del PSC) o la de los mossos de esquadra (en la cual aparece una sirena más grande, la de Montilla, frente a otra más pequeña, la de CiU). En ésta última, yo hubiera colocado muchas figuras de mossos d´esquadra en el lado de Montilla frente a pocas de CiU, ya que de lo que se trata es que los catalanes visualicen de forma gráfica el mayor número de efectivos policiales.

En fin, las piezas publicitarias se pueden mejorar pero lo importante de la campaña es que supone el cambio de estrategia de los socialistas, que ahora se basará más en vender políticas sociales que afectan al ciudadano de a pie que en el ensimismamiento estatutario de Montilla que tanta división ha generado dentro de los socialistas catalanes.

lunes, 23 de agosto de 2010

La lista de Laporta por Barcelona, muy reveladora




Joan Laporta, Alfons López de Tena y Uriel Bertrán presentaron ayer su candidatura conjunta a las primarias de Solidaridad por la circunscripción de Barcelona. Se trata de una lista en la que irán en equipo por ese orden junto a la escritora Isabel Simó, la coordinadora de las consultas independentistas, Anna Arqué, y Emilio Valdero.


El hecho de que todos los primeros espadas de esta formación se presenten por la misma circunscripción es muy significativo ya que revela que es en esta provincia donde esperan tener mayores probabilidades de éxito.


Pero asimismo pone de manifiesto que sus encuestas internas les han puesto sobreaviso en relación a las escasas posibilidades de obtener parlamentarios autonómicos por Girona (donde han ofrecido su apoyo a Carretero para presentarse a las primarias en lo que parece un regalo envenenado), por Lleida y por Tarragona, ya que de otra forma habrían presentado a alguno de sus candidatos por dichas provincias.

En fin, un primer análisis sobre la forma de presentar esta lista apunta a un resultado de entre 3 y 6 escaños, todos ellos por la provincia de Barcelona, lejos de los 10 escaños que Laporta se ha propuesto conseguir pero con posibilidad de tener influencia en forma de pactos en el próximo gobierno de CiU.

Otro elemento clarificador es la inclusión en la lista de Emili Valdero (un antiguo crítico de Reagrupament), que parece alejar el pacto entre esta formación política y Laporta.

viernes, 20 de agosto de 2010

Los votos catalanistas del PSC




Hace una semana comentábamos la novedosa oferta que había hecho CiU a los votantes catalanistas del PSC ofreciéndose como alternativa a este partido de cara a depositar su voto en las próximas elecciones. Señalábamos también que buena parte de la culpa de esa OPA hostil se debía al error estratégico de Montilla de haberse erigido en defensor a ultranza del Estatut para acaparar titulares en los medios de comunicación. Esa defensa numantina y radical provocó que miembros de su partido y de sus votantes virasen hacia el nacionalismo de tal forma que cuando Montilla quiso volver a la moderación -consciente de la imposibilidad de recuperar las partes anuladas del Estatut- esa ala catalanista militante y simpatizante se alejó de él y del partido. El mejor ejemplo de ese distanciamiento es la renuncia de Antoni Castells, líder de esa corriente, a figurar en las listas socialistas en las próximas elecciones.



Pues bien. No sólo la coalición nacionalista se ha ofrecido como candidata a recoger esos votos. Esquerra, según su líder, Joan Puigcercós, aspira a captar los votos de los socialistas que querían lograr un acuerdo con el resto de España pero ven que ese encaje es imposible. Joan Herrera, candidato por ICV, por su parte, no se siente en la necesidad de ofrecer su formación a esos votantes porque la considera heredera natural de los votos catalanistas y de izquierdas del PSC.



La situación ha llegado a tal extremo que a Joaquim Nadal, conseller de Infraestructuras y Transportes, no le ha quedado más remedio que admitir el bajo grado de fidelidad de los votantes socialistas (sólo el 49%, según la encuesta del CEO) denunciando con una impotencia reveladora que ciertos líderes políticos busquen votos en su partido.

Ahora la pregunta es: ¿Quién se llevará los votos de los catalanistas del PSC? Por un lado, es muy difícil que el programa independentista de Esquerra atraiga a votantes que anteriormente habían votado a Zapatero, Montilla y Maragall. Pocos votos terminarán en la buchaca de ERC. Seguramente esos votos catalanistas irán a parar a partes iguales a ICV y CiU. Dentro de estos catalanistas, los menos nacionalistas y más izquierdistas votarán a Iniciativa y los más nacionalistas y menos izquierdistas a CiU.

miércoles, 18 de agosto de 2010

¿Es CiU independentista? ¿Le interesa serlo?




Carme-Laura Gil, ex consejera de Educación de la Generalitat en el último gobierno de Jordi Pujol, ha pedido esta semana a su coalición, CiU, que aclare si es independentista o no para saber si ella -y muchos independentistas como ella- caben en el partido.

Como subraya Jordi García-Soler en su artículo de opinión de hoy en El Plural, la exconsejera de Educación de la Generalitat introduce un debate interesante ya que los votantes saben lo que defiende el PSC e ICV (federalismo), el PP (autonomismo), y Esquerra, Reagrupament y Laporta (independentismo). Pero nadie sabe lo que defiende CiU.

Lo cierto es que si hacemos caso a Durán i Lleida o Joana Ortega, CiU no es independentista. Oriol Pujol, portavoz de CiU en el Parlamento autonómico, también dice que CiU no defiende la independencia de Cataluña. Sin embargo, matiza que él sí es independentista. Felip Puig, secretario general adjunto de Convergencia, también tiene como máxima aspiración formar un Estado catalán dentro de Europa. Y, además, piensa que Artur Mas también es independentista. Ignasi Guardans no sólo lo cree sino que sostiene que el presidente de CiU se lo dijo abiertamente.

La pregunta es: si los principales dirigentes de CiU -excepto Durán i Lleida- defienden la independencia, ¿cómo pueden decir que CiU no es independentista? La respuesta es muy clara: porque no les interesa, porque defender la independencia en Cataluña (según todas las encuestas) no da votos -excepto a los nuevos partidos como Reagrupament. Más bien los quita.


En comunicación política, se denomina “priming” a la capacidad que tienen los partidos políticos y candidatos de colocar los debates que más les interesan en los medios de comunicación. La discusión sobre la independencia interesa al PSC porque sabe que su postura no independentista es la preferida por la mayoría de los catalanes. De hecho, Montilla ha sacado este debate en varias ocasiones y lo volverá a sacar durante la campaña electoral. Por eso, desde el punto de vista estratégico, mal negocio haría CiU en responder a la ex consejera de Educación y definirse como independentista entrando en un debate con el PSC sobre este tema. Anticipo que dirán -como vienen haciendo- que la independencia no está encima de la mesa en esta legislatura. Y es que la pregunta no es si CiU es independentista sino cuándo le interesará definirse así.

martes, 17 de agosto de 2010

¡Qué viene...otro tripartito!




El PP catalán, sabedor de que todas las encuestas pronostican la caída del tripartito, se ha fijado como principal objetivo que CiU no obtenga la mayoría absoluta o que no la consiga con los escaños de otros partidos nacionalistas nacionalistas. La intención de los conservadores -apenas disimulada- es convertirse en la pieza vital para que la coalición convergente sume las mayorías necesarias para gobernar Cataluña. ¿Qué conseguirían a cambio? El apoyo de CiU en Madrid en el hipotético caso de que Rajoy gane las elecciones generales y necesite su respaldo.

Para ello, los populares catalanes no han dudado en iniciar hoy lo que se conoce en el argot de la comunicación política como “campaña negativa”. Este tipo de campañas se llaman así porque se basan únicamente la descalificación del adversario. El arquetipo de campaña negativa fue el video del doberman que lanzó el PSOE a mediados de la década de los 90 para asustar a los votantes ante la posibilidad de que el PP gobernara. La consigna era “¡Que viene la derecha!” Pero volvamos al presente y al PPC. Alicia Sánchez-Camacho ha alertado hoy ante la posibilidad de que esta vez sea CiU quien reedite otro tripartito junto al partido político de Laporta (Solidaridad Catalana per la Independencia) y a Reagrupament.




Los estrategas del PP catalán podrían simplemente haber aconsejado a sus líderes que advirtiesen a la ciudadanía del peligro que supone la alianza de Mas con otros partidos nacionalistas. Sin embargo, han querido juntar a CiU a Laporta y a Reagrupament en nuevo tripartito. ¿Por qué? Porque, hoy en día, los catalanes -probablemente no exentos de razón- asocian la palabra “tripartito” a un gobierno radical, poco cohesionado, con peleas constantes en su seno y con una gestión pública ineficaz. Los catalanes identifican la palabra “tripartito” con apagones, socavones, nevadas mal gestionadas, la crisis económica y la crisis del Estatut. No es casual que todas las encuestas pronostiquen una perdida de 8 escaños para Esquerra, 5 para el PSC y 2 para Iniciativa en las próximas elecciones. El mensaje de los populares a los electores es sencillo “Pensadlo antes de votar a una CiU que podría formar otro tripartito con Laporta y Carretero”. En otras palabras: hemos pasado del “¡qué viene la derecha!” a ¡qué viene otro tripartito!”. La idea es la misma: infundir temor en los electores ante lo que pueda venir. Desde el punto de vista de la estrategia política, no puede ser más acertada.



Al PSOE le funcionó esta estrategia en el 96 reduciendo finalmente su desventaja electoral respecto al PP a la mínima expresión. Lo volvió a intentar en las siguientes elecciones y ya no resultó. Digamos que se trata de un cartucho con una sola bala. Pero a lo mejor la primera bala de los populares catalanes da en el blanco.

lunes, 16 de agosto de 2010

“Independentistas de derechas”: dos estrategias en una sola frase


Esquerra Republicana de Cataluña, por boca de uno de sus líderes, Josep Huguet, que es a su vez conseller de Innovación, Universidades y Empresa, ha animado recientemente a Laporta y Reagrupament a explorar el independentismo de derechas. La jugada es perfecta porque con una sola frase persigue:



Desposicionar al adversario inmediato (las nuevas fuerzas independentistas): Esquerra pretende que los catalanes identifiquen a Laporta y Reagrupament con el independentismo de derechas para salvar así su base electoral predominantemente de izquierdas. Esa anhelada identificación no responde a la realidad ya que si bien algunos miembros de Solidaridad Catalana -como Alfons López de Tena- provienen de la derecha nacionalista de CiU, otros -como Uriel Bertrán- proceden de Esquerra. Además, Laporta siempre ha dejado claro su intención de fundar un movimiento transversal, al estilo de UPyD, que conecte con independentistas de izquierdas y de derechas. Reagrupament, por su parte, es una escisión de ERC que pretende aglutinar a todos los independentistas catalanes.


Restar voto al enemigo por antonomasia (CiU): Invitando a Laporta y a Reagrupament explorar el independentismo de derechas, Esquerra busca que penetren en el territorio electoral de CiU para que quiten votos soberanistas a la coalición nacionalista. Es cierto que, como reconoce el propio Huguet, el independentismo de derechas es un territorio actualmente inhóspito porque CiU, la única fuerza nacionalista de derechas, siempre se ha posicionado como nacionalista a secas o tímidamente soberanista. Sin embargo, no hay que olvidar que el independentismo ha ido ganando adeptos en Cataluña a raíz de la sentencia del Estatut, ni que Artur Mas, Felip Puig y Oriol Pujol están alentado posiciones independentistas dentro de su partido con sus declaraciones a favor del derecho a decidir, ni que, por último, un partido netamente independentista de derechas como el NVA se hizo con la victoria en las elecciones belgas del pasado año. Esquerra busca que los tradicionales votantes de CiU que se han convertido recientemente a la fe independentista voten ahora a Laporta o Reagrupament.

miércoles, 11 de agosto de 2010

Mejor el original que la copia



Existe una regla en comunicación política que sostiene que los votantes prefieren siempre el original a la copia. Esta norma se ha utilizado en numerosas ocasiones por comentaristas políticos para argumentar el escaso éxito obtenido por el ocasional seguidismo del PP y del PSOE de los partidos nacionalistas. Todo ello en base a que, según ellos, el votante siempre prefiere el original (el nacionalismo) frente a la copia (el nacionalismo impostado).

La regla es discutible porque ese seguidismo del nacionalismo (antes de las elecciones vascas) y la ruptura del PSE-EE con las políticas de Nicolás Redondo han permitido a Patxi López sustituir a Ibarretxe en la lehandakaritza. Sin embargo, esta norma es claramente aplicable al resultado de la estrategia seguida por Montilla durante los últimos meses. Parece evidente que erigirse en defensor numantino del Estatut para acaparar titulares en la prensa no le ha salido bien. ¿Por qué ha sido así?

Porque ha avivado el nacionalismo propiciando que varios dirigentes de la cúpula del PSC pasaran de una tímida postura catalanista (Ernest Maragall, como Conseller de Educación, incluso defendía implantar más horas de castellano a principio de la legislatura) a abogar por posiciones abiertamente nacionalistas y anti-PSOE. Este movimiento ideológico ha desembocado en una fractura interna dentro del socialismo catalán provocando que Antoni Castells, el líder más emblemático del ala catalanista del PSC, haya renunciado a ir en sus listas en la próximas elecciones. Otro representante de esta corriente, Angel Ros, alcalde de Lleida, ha descartado también presentarse a los comicios catalanes por esta provincia advirtiendo de la necesidad de que en el seno del PSC se abra una discusión después de las elecciones sobre la relación entre Cataluña y España. O lo que es lo mismo: “President Montilla, cuando pierdas las elecciones, los catalanistas del PSC te plantaremos cara”.

Porque, paralelamente, cierto número de electores socialistas -pocos pero significativos- han empezado también a defender posiciones nacionalistas, espoleados por la convocatoria del president Montilla a la manifestación del 11 de julio en contra de la sentencia del Estatut. Es decir, no sólo una fracción de la cúpula del PSC sino también parte de su base electoral (que es la que le puede dar la mayoría a Montilla en unas hipotéticas elecciones internas en el PSC tras las elecciones catalanas) ha evolucionado hacia posturas más catalanistas, cuando no explícitamente nacionalistas, lo cual va a dificultar el control del partido por parte de Montilla.

• Y, porque, para más inri para Montilla, CiU se ofrece ahora como alternativa para esta parte del socialismo catalán que sale ahora a manifestarse con catalanes independentistas. Se trata de un movimiento preocupante para los socialistas catalanes porque es un hecho que no había sucedido nunca, ya que la base electoral catalanista del PSC -partido que históricamente se ha nutrido principalmente del voto inmigrante andaluz, castellano y, en consecuencia, no nacionalista- era prácticamente inexistente y, por tanto, los convergentes nunca se habían preocupado de apelar al voto de esa parte del electorado socialista. Que ahora lo hagan quiere decir que hay votos donde pescar.

En definitiva, en toda estrategia política deben medirse exhaustivamente sus pros y los contras. Parece evidente que el presidente catalán no calculó suficientemente los riesgos de su estrategia. Ha abierto una brecha en su partido -lo primero que castigan los votantes son las divisiones internas-, su electorado evoluciona hacia posiciones ideológicas más nacionalistas -alejadas de lo que él representa- y CiU puede quitarle parte de sus votantes. Habrá que esperar a la próxima encuesta de La Vanguardia o El Periódico pero o mucho me equivoco o la coalición nacionalista probablemente esté ahora mismo en la mayoría absoluta.