martes, 6 de julio de 2010

Laporta entra en escena



Joan Laporta anunció el pasado viernes que ha fundado un nuevo partido político que se llamará Democracia Catalana.

El ex presidente culé aún no ha revelado si se presentará en coalición con Reagrupament. La coalición con el partido de Joan Carretero no sólo es lógica sino necesaria. Ambas formaciones tienen un público netamente independentista y ninguna de las encuestas publicadas hasta el momento -exceptuando las de principios de año- las concede representación. Además, la amplia constelación de partidos políticos con posibilidades de obtener el 3% necesario para entrar en el Parlament les obliga a formar coalición para conseguir algún escaño.




Laporta ha trazado una estrategia adecuada decidiendo mantener su indefinición ideológica. Su objetivo debe ser aglutinar a todos los votantes soberanistas de izquierdas y de derechas. Inclinarse hacia un lado u otro del espectro político sólo le haría perder votos. UPyD, con su estrategia transversalista, captando votantes del PSOE y del PP, debe ser su modelo. También, en sentido negativo, sirve de ejemplo el error cometido por Ciutadans cuando se auto-denominó como un partido político de centro-izquierda, perdiendo así los votantes anti-nacionalistas conservadores. Poco después, la formación de Albert Rivera remachó su equivocación presentándose a las elecciones europeas en coalición con el partido Libertas -una formación católica de inclinación derechista apoyada por grupos mediáticos como Intereconomía- perdiendo así también al electorado no nacionalista de izquierdas.

Esquerra será el partido nacionalista al que Laporta quitará más votos. El ideario principal, por no decir único, de la nueva fuerza política del ex presidente barcelonista es el independentismo. Por lo tanto, los votantes con más probabilidad de votarla serán aquellos para los cuales esta idea es prioritaria y no cabe duda que el electorado de Esquerra está mucho más cercano a esta ideología que el de CiU, mucho más moderado y partidario de mantener su relación con España.

Los partidos políticos nacionalistas son los que mejor están manejando la aparición política de Laporta. Esquerra les ningunea intentando evitar así que consiga relevancia mediática. CiU, por su parte, presiona para que no se presente a la vez que niega toda credibilidad a los análisis que predicen que la formación del ex presidente barcelonista les pueda restar votos. Los socialistas catalanes son los únicos que están entrando en el cuerpo a cuerpo con Laporta pretendiendo que consiga titulares y quite votos a CiU. Se trata de un grave error porque al partido que más votos quitará, como hemos dicho, será a Esquerra, y es sabido que Montilla sólo puede encabezar gobierno con los republicanos. El PP, por su parte, no está aprovechando bien sus bazas. Debería darle cancha al ex mandatario culé para que quite votos a Convergencia y evite así una posible mayoría absoluta de los nacionalistas que haga perder influencia a los populares.

Laporta asistirá al próximo congreso de Reagrupament el próximo sábado, día en que se celebrará la manifestación de protesta por la sentencia del Estatut, convocada por Omnium Cultural. Es posible que ese día presente oficialmente su candidatura en coalición con la formación liderada por Carretero. Veremos.

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