miércoles, 21 de abril de 2010

Una táctica menos arriesgada que tener grupo parlamentario propio



Montilla ha desatado la caja de los truenos al no descartar que los 25 diputados socialistas catalanes apoyen una hipotética propuesta conjunta presentada por todos los partidos catalanistas en el Congreso para renovar el Tribunal Constitucional.

Probablemente sólo los más viejos del lugar lo recuerden pero hubo una época en que existían tres grupos parlamentarios socialistas en el Congreso: el del PSOE, el del PSC y el del PSE. La experiencia duró cinco años. En 1982, tanto el PSC como el PSE tuvieron que renunciar a su grupo.

En el año 2004, hubo un conato de división entre el PSOE y el PSC tras el viaje de Carod Rovira a Perpignan para entrevistarse con dirigentes de ETA. En aquella ocasión, tras la negativa de Pascual Maragall a tomar medidas contra el entonces presidente de Esquerra, José Blanco sondeó, por orden de Zapatero, a Celestino Corbacho para que encabezara una federación catalana del PSOE que compitiese en las elecciones generales con el PSC. Desde entonces, ríos de tinta se han escrito acerca de un hipotético grupo parlamentario socialista catalán. No han sido pocos los miembros del ala catalanista del PSC que han pedido tener grupo parlamentario propio: Pascual Maragall, Montserrat Turá, Ernest Maragall. El último fue Antoni Castells, conseller de Economía y líder de esta corriente.

Si los 25 diputados socialistas catalanes unieran su voto al de CiU en una propuesta a favor de la renovación del TC que no votase el Grupo Socialista, se abriría la caja de Pandora. Esta decisión podría ser el embrión de un grupo parlamentario socialista catalán que dejaría al grupo parlamentario del PSOE con 144 escaños, es decir, 10 diputados menos que el PP, que se convertiría en el primer grupo parlamentario dentro del Congreso. Las consecuencias serían letales para el PSOE. Pero el PSC también se arriesgaría a que el PSOE tome la decisión de competir en las elecciones generales con ellos. Y no hay más que ver la diferencia entre los resultados del PSC en las elecciones autonómicas y en las generales - en las que se presentan con las siglas y candidato del PSOE a la presidencia del gobierno - para ver la cantidad de votos y escaños que se dejarían por el camino.

Montilla ha descubierto una táctica para influir en la política española menos arriesgada que tener grupo propio en el Congreso. Se trata de insinuar la posibilidad de que en el futuro los socialistas catalanes voten de forma distinta que el Grupo Socialista. Y parece que le está dando resultado. Las últimas noticias señalan que tanto Zapatero como Blanco han defendido hoy que la renovación del Tribunal Constitucional es urgente, en contra de lo que afirmaban el domingo, cuando daban la razón al PP. Esas declaraciones de hoy abren la puerta a que haya una propuesta de todo el Grupo Socialista en el Congreso a favor de dicha renovación, que salvaría la cara a Montilla. Otra cosa es que esa renovación se produzca.

1 comentario:

  1. Si el PSC y el PSOE se escindieran en dos partidos probablemente las consecuencias fueran nefastas para ambos.

    En Cataluña la suma de escaños de ambos partidos sería menor que los escaños que obtienen actualmente concurriendo juntos, como consecuencia de la aplicación de la ley de H'ont. Tanto el PSOE como el PSC perderían capacidad de influencia política, amen de otorgarle algún o algunos escaños de mas a Convergencia (y a Esquerra), tal vez suficientes para obtener mayoría absoluta.

    En España ocurriría lo mismo, siendo en este caso el beneficiario el Partido Popular (UPyD e IU).

    El panorama político cambiaría sensiblemente.

    No cabe duda de que más allá de las divergencias, posiblemente bastante mas profundas de lo que parece, ambas formaciones se necesitan y seguirán juntas a toda costa.

    El PSC lleva mucho tiempo tensando la cuerda. La pregunta es: ¿hasta cuando aguantará el PSOE?. Quizá hasta que ZP sea sustituido por alguien de otra familia al frente del timón del PSOE.

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