jueves, 27 de mayo de 2010

Alicia Sánchez Camacho traduce los sentimientos de los catalanes




Tras la comparecencia de Montilla en el Senado utilizando las cuatro lenguas españolas, han surgido un aluvión de declaraciones de dirigentes políticos sobre este hecho. Seguramente, las manifestaciones más controvertidas han sido las pronunciadas por la secretaria general del PP, Dolores de Cospedal, calificando esperpéntico el hecho de que dos andaluces como Montilla y Chaves tengan que entenderse a través de traductor simultáneo y tachando de insulto a los funcionarios - tras su recorte salarial - que el Senado tenga que gastar dinero para estos menesteres.

Montilla ha contestado a Cospedal que el catalán, el gallego y el euskera son lenguas tan españolas como el castellano y que, además, tienen amparo constitucional. Pero, además, el president le ha mandado, inteligentemente, un regalo envenenado a la líder de los populares catalanes, Alicia Sánchez Camacho, preguntándole si la secretaria general de los populares va a viajar a Cataluña a hacer "anticatalanismo" en la campaña electoral autonómica.




El papelón para Alicia Sánchez Camacho era de órdago a la grande. En el caso del PP, todas las declaraciones de sus dirigentes relacionadas con la lengua catalana son analizadas con lupa y cualquier salida de tono en este tema es habitualmente utilizada para estigmatizar al PP como un partido anti-catalán. Muchos nos preguntábamos qué iba a decir. ¿Sería capaz la líder de los populares catalanes de defender la utilización de la lengua catalana en el Senado, un uso, por cierto, reconocido por el Reglamento del Senado aprobado con los votos del PP? ¿O se limitaría a apoyar a su secretaria general dejando patente la necesidad de apretarse el cinturón en tiempos de crisis? ¿U optaría por una declaración intermedia que compatibilizase la defensa de la lengua catalana con el ajuste presupuestario que es necesario hacer en época de crisis?


La presidenta del PP catalán ha superado el examen con nota. No hay nada más que ver el titular de Público, periódico nada sospechoso de favorecer al PP. Sánchez Camacho ha sabido defender el uso de la lengua catalana en el Senado sin rectificar a su jefa y sin abdicar del argumento del PP sobre la necesidad de que los políticos sean los primeros en dar ejemplos de austeridad en tiempos de crisis.

El mensaje está en la gente. En otras palabras, para conseguir votos, es fundamental entender lo que quiere el electorado. Los catalanes, como el resto de españoles, no son ajenos a la idea de que los políticos deben ser los primeros en apretarse el cinturón en estos momentos de crisis. Pero tienen muy claro que el hecho de pagar los mismos impuestos que el resto de españoles les da derecho a que su lengua, que es parte de su identidad y fue perseguida en tiempos pasados, sea tratada con cierta sensibilidad en la cámara de representación territorial. Alicia Sánchez Camacho ha sabido traducir ese sentimiento.

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