lunes, 24 de mayo de 2010

¿Lehendakari Montilla?


Hoy, el presidente de la Generalitat, José Montilla, ha comparecido en el Senado para defender la constitucionalidad del Estatut y pedir la renovación del Tribunal Constitucional. Seguramente, muchos de vosotros recordaréis que, hace poco más de cinco años, un político vasco llamado Juan José Ibarreche agitaba el panorama político español compareciendo ante el Congreso de los Diputados para hacer valer su famoso plan.


Evidentemente, el fondo del discurso de Montilla sobre el Estatut es sustancialmente diferente del que hizo Ibarreche hace un lustro. Montilla ha respaldado hoy un Estatut que fue aprobado en el Congreso y que fue promovido en referendum por más del 70% del arco parlamentario catalán mientras que Ibarreche patrocinaba un plan que pretendía que los vascos decidiesen unilateralmente su relación con España y que sólo contaba con el apoyo de los nacionalistas vascos frente a la otra mitad de Euskadi.



Sin embargo, aunque el contenido del discurso sea distinto, la forma es la misma. Y en periodo preelectoral, las formas pueden llegar a ser muchas veces tan o más importantes que los contenidos de cara a conseguir votos. Veamos las similitudes entre la comparecencia del president y la del lehendakari cinco años antes:

• Ambos acuden a una cámara legislativa española a defender un proyecto político cuya constitucionalidad está en cuestión.
• Ambos advierten de la posible ruptura total de relaciones entre su Comunidad Autónoma y el resto de España (es decir, la independencia), si no se acepta la totalidad del proyecto político que sostienen.
• Y el factor temporal, que es la clave: Ambos lo hacen pocos meses antes de que se celebren elecciones en los territorios en los que gobiernan.

¿Habría acudido Montilla al Senado a defender el Estatut si no estuviésemos en periodo preelectoral? ¿Por qué su forma de hacer valer el Estatut recuerda a la manera en que Ibarreche sostenía su Plan? Es evidente que Montilla busca seguir acaparando titulares de cara a las próximas elecciones autonómicas, tal y como hizo Ibarreche.

Sin embargo, el president no debe olvidar que lleva monopolizando el debate político catalán desde que se produjo la primera intentona de sentencia sobre el Estatut - es decir, hace dos meses - y aún así sigue sin remontar en las encuestas. Ibarreche perdió cuatro escaños dos meses después de su aparición en el Congreso. Los titulares son importantes pero no son suficientes. Montilla necesita algo más

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